La carrera de Fórmula 1 en Mónaco es siempre un evento surrealista debido a la naturaleza de la pista, pero cuando la lluvia se une al espectáculo, la carrera se convierte en un frenético correcalles. La habilidad, la concentración y la suerte juegan un papel crucial en una carrera bajo estas condiciones y Max Verstappen demostró ser el mejor en todo. Su victoria en esta carrera solo reafirma que Red Bull no solo tiene el mejor monoplaza de la parrilla, sino que también sabe leer las vicisitudes de una carrera como nadie más.

A pesar de una pista resbaladiza rodeada de muros, el piloto holandés manejó su coche con gran habilidad, haciendo virajes y movimientos bruscos de volante y giro de cola para mantener el control del coche y lograr cruzar la meta con más de 27 segundos de ventaja sobre el segundo lugar, Fernando Alonso. Esta victoria fue la cuarta del año para Verstappen, quien parece ser el favorito indiscutible para ganar el campeonato.