La guerra por la segunda posición del campeonato tendrá una intensa batalla en Singapur luego de que Charles Leclerc ganó la pole position en donde estará acompañado en la primera línea por el mexicano Sergio Pérez.
En un estrechísimo margen, con tres pilotos en cinco centésimas, Charles Leclerc abrochó su novena pole del año, un registro que le permite igualar, 22 años después, un récord de Michael Schumacher con Ferrari. El monegasco, por novena vez en este Mundial, partirá al frente de la parrilla en Singapur (1:49.412). Lo hará por delante de Sergio Pérez y Lewis Hamilton, mientras Max Verstappen deberá conformarse con la octava posición, al abortar su último intento por lo que pareció un problema de falta de combustible.
Aún se aleja más la posibilidad de que el líder de Red Bull sea campeón en Marina Bay, ya que necesita una victoria acompañada del noveno puesto o peor de Leclerc y el cuarto o peor de Pérez. Y explicaciones urgentes de su equipo, que no inyectó suficiente combustible en su RB18 para pasar la técnica final de la FIA. Aún le dolió más a Verstappen más cuando comprobó en su telemetría que rodaba 2,5 segundos más rápido que en su penúltimo intento.
Por contra, Leclerc repitió pole por estas intrincadas calles, incluso pese a su error postrero, traducido en un sonoro lamento por la radio. Pese a todo, aventajó en 22 milésimas a Checo y en 54 a Hamilton. Suyo volvió a ser el liderazgo en Ferrari, donde Carlos Sainz acabó cuarto y pidiendo disculpas a sus mecánicos. Por su parte, Fernando Alonso confirmó su gran momento con un quinto puesto, respaldado por sus magníficas sensaciones al volante.
No hubo que lamentar ningún toque contra el muro, pero si plagada de alternativas y marcada por la humedad de la pista. «Mañana puede pasar de todo o nada, muchos safey-cars o mucho aburrimiento», adelantó Sainz. En el semblante del madrileño se percibía cierta decepción. No por haber rodado a sólo 15 centésimas de Leclerc, sino por la ingenuidad de haber atravesado el primero la meta en la noche donde pasar último otorgaba una notoria ventaja.
El uso de los neumáticos rojos, los más rápidos de Pirelli, sólo resultó imprescindible en la Q3. Pero discernir el compuesto ideal, tras los problemas de adherencia de Kevin Magnussen y Leclerc en la curva 8, siempre fue clave. Un par de horas antes, durante los últimos libres, los comisarios habían cerrado el pit-lane por culpa del agua, mientras ondeaban las banderas amarillas en todos los sectores para que pudiera ser evacuada.
Esteban Ocon, decimoctavo en la Q1, dejó en manifiesta inferioridad a Alpine. Aunque la escudería francesa se vio también favorecida por los problemas de Daniel Ricciardo, decimoséptimo, empeñado en dejar a McLaren sin margen para esa lucha por el cuarto puesto del Mundial de Constructores.
En la Q2, los primeros en testar los slicks fueron Lance Stroll y Sebastian Vettel, enfrentados a las dificultades del segundo sector, reasfaltado en las últimas semanas y con más dificultades para secarse. «Los pusimos demasiado pronto», lamentaría después el tetracampeón, que nunca encontró un ritmo competitivo. Tampoco George Russell, fuera de combate por sólo seis milésimas, para decepción del garaje de Mercedes. El hueco del británico fue ocupado por Yuki Tsunoda y Magnussen.
Tras ellos, Sainz finalizaba tercero por delante de Russell y Alonso, mientras que Leclerc se quedaba sexto. El piloto de Ferrari hizo una tercera parada con neumáticos blandos para intentar dar la vuelta más rápida, pero luego recibió una penalización de cinco segundos por exceso de velocidad en el pit lane y quedó detrás de Alonso en la clasificación. Esteban Ocon concluyó séptimo para Alpine por delante de Sebastian Vettel de Aston Martin, mientras que Pierre Gasly de AlphaTauri sumó dos puntos con el noveno lugar después de su inicio en el pit lane. El punto final en oferta fue para Alex Albon de Williams.