El Sprint Tissot del Gran Premio de Francia 2025 en Le Mans no solo confirmó el excepcional momento de Marc Márquez, sino que también dejó en evidencia la volatilidad estratégica de MotoGP en su formato más explosivo. El piloto de Ducati volvió a demostrar por qué es el hombre a batir los sábados, sumando su sexta victoria en sprint y décima de doce posibles esta temporada, lo que le permite recuperar el liderato del campeonato con 151 puntos, apenas dos por delante de su hermano Álex Márquez, que firmó el doblete para la casa de Borgo Panigale.
La carrera arrancó con Fabio Quartararo defendiendo la pole lograda con récord absoluto del circuito (1:29.324), pero Márquez, que partía segundo, no tardó en imponer su ritmo. El de Cervera ejecutó una salida quirúrgica: sin arriesgar en exceso, pero presionando al local hasta forzar el adelantamiento en la primera vuelta. La maniobra fue un ejemplo de gestión de neumáticos y tracción, clave en los primeros compases del sprint, donde la temperatura del asfalto y la elección de compuestos suelen dictar el desarrollo de la prueba.
La cruz del día fue para Pecco Bagnaia. El bicampeón italiano, obligado a remontar desde la séptima posición de parrilla, perdió la parte delantera de su Ducati GP25 en la curva 3 de la segunda vuelta, terminando en la grava y dejando escapar unos puntos vitales para la lucha por el título. Bagnaia, que venía arrastrando problemas de confianza con el tren delantero desde el inicio del año, reconoció tras la carrera: “No tengo ‘feeling’ con el tren delantero, estas caídas pueden pasar”. Su frustración es comprensible: tras meses de trabajo para adaptar su estilo a la nueva generación de la Desmosedici, el italiano sigue sin encontrar el equilibrio que le llevó a dominar en 2023.
Álex Márquez, por su parte, supo aprovechar la caída de Bagnaia y la gestión de neumáticos para superar a Quartararo y asegurar el segundo puesto, estableciendo el sexto doblete de Ducati en sprint esta temporada. Pero la gran revelación fue Fermín Aldeguer. El rookie, en su primer podio en la clase reina, protagonizó un mano a mano espectacular con Quartararo, al que superó en las últimas vueltas gracias a una agresividad controlada y una lectura perfecta de los puntos débiles del francés en el último sector del trazado.
Aldeguer, exultante tras la carrera, declaró: “¡Me siento increíble! Es fantástico estar aquí con los mejores pilotos y solo tengo que agradecer a Gresini porque me han ayudado mucho. Tenemos la velocidad, pero necesitamos más experiencia para poder estar aquí de manera más regular”. Su actuación confirma que el joven talento español no solo tiene velocidad, sino también inteligencia de carrera y temple para medirse con los mejores.
Fabio Quartararo, que había ilusionado a la afición francesa con su pole y un ritmo sólido en los entrenamientos, no pudo mantener el ritmo de los Ducati en carrera. El desgaste del neumático trasero y la falta de aceleración de la Yamaha en las zonas de tracción le relegaron finalmente a la cuarta posoción, pese a sus esfuerzos por contener a Aldeguer. Aun así, el francés se consolida como el mejor piloto de Yamaha en una temporada donde la marca japonesa sigue buscando soluciones técnicas para acercarse al rendimiento de las europeas.
El sprint no estuvo exento de incidentes. Brad Binder, que luchaba por ser la mejor KTM, se fue al suelo en la última vuelta cuando iba por delante de Maverick Viñales y Pedro Acosta, dejando al catalán como el mejor clasificado de la marca austriaca. Johann Zarco, con una Honda en evidente mejoría, fue sexto y primer piloto de la marca japonesa, mientras que Fabio Di Giannantonio y Álex Rins protagonizaron remontadas notables desde el fondo de la parrilla.
La clave de la victoria de Márquez estuvo en su capacidad para gestionar el neumático trasero en las primeras vueltas, evitando el sobrecalentamiento y manteniendo un ritmo constante que le permitió abrir hueco tras el ecuador de la prueba. El trabajo de Ducati en la puesta a punto del tren delantero y la electrónica, así como la capacidad del piloto para adaptarse a las condiciones cambiantes del asfalto de Le Mans, fueron determinantes para contener a sus rivales directos.
Marc Márquez, pese a su dominio en los sprints, fue autocrítico tras la carrera: “Me gustaría ser Mr. Domingo, no Mr. Sábado”, en referencia a su deseo de trasladar este rendimiento a las carreras largas del domingo. La declaración refleja la mentalidad ganadora del ocho veces campeón del mundo, que no se conforma con el éxito parcial y apunta a la regularidad como clave para el título.
El Sprint Tissot de Le Mans deja a Marc Márquez como nuevo líder del Mundial, pero también muestra un campeonato más abierto que nunca, donde la gestión de los detalles y la capacidad de adaptación serán fundamentales. La caída de Bagnaia, el crecimiento de Aldeguer y la consistencia de Álex Márquez auguran una lucha sin cuartel en las próximas citas. El paddock ya mira al domingo, donde las estrategias de neumáticos, la gestión del ritmo y la presión psicológica volverán a poner a prueba a los mejores pilotos del mundo. 🏍️🛠️
#MotoGP #FrenchGP #SprintTissot #MarcMarquez #LeMansGP #FerminAldeguer #AlexMarquez #PeccoBagnaia #YamahaMotoGP #RGInternetPress
FOTOS: de los EQUIPOS