En una jornada llena de emociones en Valencia, Pecco Bagnaia no solo se llevó la victoria en la carrera de MotoGP, sino que también se consagró como campeón del mundo en 2024, logrando así su segundo título consecutivo en la categoría reina y su tercer campeonato sumando el de Moto2 en 2018. El día no fue tan favorable para Jorge Martín, quien se vio fuera de la competición debido a un accidente.
El retorno de Álex Rins para su última carrera con el LCR Honda, la ausencia de Miguel Oliveira y la participación del probador de Aprilia, Lorenzo Savadori, añadieron giros inesperados a la jornada. Además, Maverick Viñales enfrentó una penalización por romper un motor en el ‘warm up’, lo que le hizo perder tres posiciones en la parrilla, beneficiando a Bagnaia con la pole.
Con condiciones climáticas óptimas y un lleno espectacular de 93,000 espectadores, la carrera prometía emoción desde el principio. Bagnaia mantuvo su posición en la salida, mientras que Martín inició una remontada impresionante, superando a varios competidores en las primeras curvas.
El momento decisivo llegó a falta de 22 vueltas, cuando Martín intentó rebasar a Marc Márquez y ambos pilotos se fueron al suelo. Este incidente marcó el amargo final del Mundial para Martín. Simultáneamente, Binder adelantaba a Bagnaia, pero en Ducati le informaban al italiano que Martín estaba fuera y que se convertía en campeón.
A pesar de los acontecimientos en pista, Bagnaia ya era el gran triunfador, y su victoria se volvió simbólica. Mientras Miller se caía y otros competidores enfrentaban contratiempos, el italiano mantuvo la calma y aseguró su posición en la punta.
El cierre de la temporada no estuvo exento de sorpresas, con penalizaciones y caídas que afectaron el resultado final. Di Giannantonio, inicialmente segundo, fue sancionado por presión de neumáticos baja, cambiando el podio. Zarco se ubicó segundo y Binder tercero.
En el momento de la celebración, Bagnaia demostró su alegría de manera única, con un mate en una canasta de baloncesto y colocándose tres anillos, cada uno representando un título.
Aunque la temporada finalizó, las emociones de este emocionante cierre en Valencia resonarán en la memoria de los fanáticos de MotoGP durante mucho tiempo.